AFORISMOS: LA META


       Cuando dejamos atrás los saberes, entonces tenemos el conocimiento. La razón fue la ayuda; la razón fue el lazo.

       Cuando dejamos atrás las veleidades, entonces tenemos el poder. El esfuerzo fue la ayuda; el esfuerzo fue el lazo.

       Cuando dejamos atrás los placeres, entonces tenemos la beatitud. El deseo fue la ayuda; el deseo es el lazo.

       Cuando dejamos atrás el individualismo, entonces somos personas reales. El ego fue la ayuda; el ego es el lazo.

       Cuando dejemos la humanidad, entonces seremos el hombre. El animal fue la ayuda; el animal fue el lazo.

       Transforma tu razón en una intuición ordenada; que todo en ti sea luz: Tal es tu meta.

       Trasforma el esfuerzo en un flujo regular y soberano de vigor de alma; que todo en ti sea fuerza consciente. Tal es tú meta.

       Trasforma el placer en un éxtasis continuo y sin objeto: que todo en ti sea felicidad. Tal es tu meta.

       Trasforma al individuo aislado en la personalidad universal: que todo en ti sea divino. Tal es tu meta.
      
       Trasforma al animal en conductor de rebaños; que todo sea en ti se Krishma. Tal es tu meta

       Lo que yo no puedo hacer ahora es el signo de lo que haré mas tarde. El sentido de la imposibilidad es el comienzo de todas las posibilidades. Porque este universo temporal era una paradoja y una imposibilidad es por lo que el Eterno le a creado fuera de su ser.


       La imposibilidad no es más que un conjunto de posibilidades mayores aun no realizadas. La imposibilidad vela un estado más avanzado y un viaje aun no recorrido.

       Si queremos que la humanidad progrese desecha toda idea preconcebida. El pensamiento así herido se despierta y se hace creador. Si no se fija en una repetición mecánica que confunde con su verdadera actividad.

       Girar sobre su eje no es el único movimiento del alma humana. Existe también la gravitación alrededor del sol de una iluminación inextinguible.

       Ten conciencia ante todo de ti mismo interiormente, después piensa y obra. Todo pensamiento viviente es un mundo en preparación; todo acto real es un pensamiento manifiesto. El mundo material porque una idea empezó a actuar en la conciencia divina.

       El pensamiento no es esencial a la existencia ni tampoco su causa, sino un instrumento del devenir: yo llego a ser lo que veo en mi mismo. Todo lo que el pensamiento me sugiere puede hacerlo, todo lo que el pensamiento revela en mi, puedo llegar serlo. Tal debe ser la fe inquebrantable del hombre en si mismo, pues Dios habita en el.

       Nuestro trabajo no es repetir todos los días lo que el hombre ha hecho ya, sino alcanzar nuevas realizaciones y maestrías inesperadas. El tiempo, el alma y el mundo nos son dados como campo de acción; la visión, la esperanza y la imaginación creadora nos mantienen como inspiradores; la voluntad, el pensamiento y el trabajo son nuestros instrumentos más eficaces.

       ¿Que puede haber de nuevo que  nos quede por realizar? El amor, pues hasta el presente no hemos realizado mas que el odio y nuestra propia satisfacción; el conocimiento, pues hasta el presente no hemos alcanzado mas que a errar, percibir y concebir; la felicidad, pues hasta el presente no hemos realizado más que el placer, el dolor y la indeferencia; el poder, pues hasta el presente no hemos realizado más que la debilidad, el esfuerzo y una victoria sin fruto; la vida, pues hasta el presente no hemos llegado mas que a nacer, crecer y morir; la unidad, pues hasta el presente no  hemos realizado mas que la guerra y la asociación. En una palabra, la divinidad; rehacernos a la imagen de lo Divino.

                                    LA ALEGRIA DE SER

       Si Brahma no fuese más que una abstracción impersonal, que contradijese eternamente el hecho aparente de nuestra existencia concreta, el aniquilamiento seria el fin concreto del asunto; pero el amor, la alegría y la conciencia de si deben también ser tenidos en cuenta.

       El universo no es solamente una formula matemática destinada a elaborar la relación de ciertas abstracciones mentales llamadas números y  principios, para llegar finalmente a un cero o a una unidad vacía; no es tampoco una operación psíquica simplemente que encarna una ecuación de fuerza. Es la alegría de un Dios enamorado de si mismo, el juego de un niño, la inextinguible automultiplicación de un poeta embriagado por el éxtasis de su propio poder de creación sin fin.

       Podemos hablar del Ser Supremo como si fuese un matemático que tradujese en números una suma cósmica, o de un pensador que resolviese por experimentación el problema de la relación de los principios y de la balanza de las fuerzas. Pero también  debemos hablar de El como del amante, del músico de las armonías particulares del niño, del poeta.
La faceta del pensamiento no es suficiente, la faceta de la alegría debe ser también enteramente abarcada; las ideas, las fuerzas, las existencias, los principios son moldes huecos, si no están llenos por el soplo de la alegría de Dios.

       Estas cosas son imágenes, pero todo es una imagen. Las abstracciones nos dan la concepción pura de las verdades de Dios; las imágenes nos dan su realidad viva.

       Si la idea abrazando la fuerza engendra los mudos, la alegría de ser engendrada la idea. Los mundos y los universos tuvieron nacimiento porque el Infinito concibió en si mismo una alegría innumerable.

       La conciencia y la alegría de ser son los primeros padres. Y también  los últimos descendientes. La inconstancia es solamente un intervalo de desvanecimiento de la conciencia o de su oscuro sueño; el dolor y la propia extinción no son mas que la alegría de ser huyéndose  a ella misma con el fin de encontrarse en otro sitio y de otro modo.

       La alegría de ser no esta limitada en el tiempo; no tiene fin ni principio Dios sale de una forma solamente para entrar en otra.

       Después de todo, ¿qué es Dios? Un niño eterno jugando a un juego eterno en un eterno jardín.
                                                              SHRI AUROBINDO


                               Profesor: Washington Barbot

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